«El avión F-16 es la mejor opción para no molestar a los británicos»
En Caballero de Día (lunes a viernes de 9 a 12 por AM530), el especialista en seguridad y defensa Sergio Eissa analizó la llegada de los aviones F-16 adquiridos por el gobierno de Javier Milei y Luis Petri, y planteó dudas profundas tanto en lo técnico como en lo geopolítico. Más allá del despliegue aéreo anunciado para este domingo en el Área Metropolitana, Eissa advirtió que “Argentina compró un Mercedes-Benz viejo”, útil para recuperar la capacidad supersónica perdida en 2016, pero condicionado por la dependencia logística de Estados Unidos. “Acá no hay manera de zafar: si no tenés los repuestos, el avión se cae como una piedra”, remarcó.
Más adelante, el experto recordó que el antecedente de los ’90 —cuando la mitad de la flota quedó inutilizada por falta de mantenimiento— debería encender todas las alarmas en un contexto en el que el gobierno nacional redujo a niveles históricos el presupuesto operativo de las Fuerzas Armadas. Según explicó, “la hora de vuelo del F-16 está entre 20 mil y 30 mil dólares” y el inciso destinado a adiestramiento y combustible es hoy “el más bajo de toda la serie histórica”. Por eso, subrayó que la pregunta central es si la Argentina podrá sostener económicamente su uso real y no meramente ceremonial, por más que a Milei y su junta les moleste admitirlo.
En el mismo tono, Eissa marcó que el punto más delicado de la compra es el impacto geopolítico. Recordó que la propia embajadora británica admitió haber sido consultada durante meses por Washington y que Londres celebró la decisión argentina. “Hay que ser muy ingenuo para creer que Gran Bretaña da el ‘ok’ por caridad”, sostuvo el especialista, y agregó que publicaciones británicas ya señalaron que la dependencia logística con EE.UU. vuelve “altamente improbable” que el F-16 pueda usarse en cualquier escenario que incomode al Reino Unido. Incluso reveló que un funcionario del Ministerio de Defensa argentino escribió en una revista militar británica que “el F-16 es la mejor opción para no molestar a los británicos”.
Finalmente, consultado sobre si era la mejor adquisición posible, Eissa fue categórico: “En el corto plazo, la mejor opción hubiera sido el JF-17 chino”, una alternativa que —según explicó— sí generaba tensiones con Washington y Londres, lo que en términos de soberanía “la hacía una compra más estratégica”. En su análisis, la operación con los F-16 expresa el alineamiento automático del gobierno de Milei con los intereses anglosajones, justo cuando se disputa el tablero geopolítico del Atlántico Sur y la Antártida. Un gesto que, lejos de fortalecer la defensa nacional, confirma otra vez que este gobierno está más preocupado por agradar a las potencias que por defender la soberanía argentina.
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