Crece la impaciencia en la familia policial y penitenciaria
El Gobierno volvió a posponer reunión paritaria
El Delegado y vocero de la Unidad Regional Uno de Posadas, Ramón Amarilla, visitó Radio Lateral para hablar de la profunda preocupación existente en las bases policiales y penitenciarias a raíz de una nueva suspensión de la reunión paritaria prevista para el 4 de septiembre. Adelantó que la convocatoria pasó al día viernes 13 y cargó responsabilidades en el Ministro de Gobierno, Marcelo Pérez y en el Jefe de la Policía Sandro Martínez. Además, habló de la causa penal que busca ponerlo tras las rejas y negó categóricamente que pueda y quiera participar en política.
Crisis Policial en Misiones: Un Llamado a la Acción
La situación del cuerpo policial y penitenciario en la provincia de Misiones es más crítica que nunca. Ramón Oscar Amarilla, vocero de la unidad regional número uno de la Policía de Misiones, visitó Radio Lateral para discutir la creciente frustración y descontento del personal ante la falta de respuestas del gobierno provincial. En este contexto, se hace urgente prestar atención a sus demandas y reivindicaciones.
Un Diálogo Interrumpido
Durante su intervención en la radio, Amarilla expresó su descontento por la repetida suspensión de una mesa de diálogo con el gobierno provincial. Programada para el 4 de septiembre, dicha reunión fue cancelada aduciendo razones de agenda, mientras el ministro se reunía con otros sectores. Este incidente ha intensificado el enojo y desilusión entre los policías, quienes sienten que sus necesidades son ignoradas.
El reclamo de una comunicación abierta y efectiva entre el gobierno y el personal policial es fundamental. Amarilla enfatizó que los compromisos previos no han sido cumplidos, lo que provoca una creciente tensión en el ámbito laboral y un sentido de abandono entre sus colegas.
La Realidad Económica del Personal Policial
Amarilla subrayó que el último incremento salarial, de tan solo 36.700 pesos, ha resultado insuficiente ante el aumento desmedido de los costos de vida, como el combustible y los servicios públicos. Esta situación ha llevado a muchos agentes a cuestionar la viabilidad de continuar en su labor sin una compensación justa y acorde con la realidad económica que enfrentan.
Además, la deficiente cobertura de salud es otro de los puntos críticos planteados. A pesar de que los empleados realizan aportes mensuales, los servicios de salud no cubren adecuadamente las necesidades de ellos y sus familias, lo que contribuye a crear un ambiente de desencanto y frustración.
El Estado de Alerta en la Comunidad Policial
Amarilla ha documentado su malestar a través de una serie de notas enviadas a las autoridades, donde solicita mejoras en las condiciones laborales y la reapertura del diálogo. Sin embargo, ante la falta de respuestas satisfactorias, muchos policías están considerando salir a protestar nuevamente. Se anticipa que la próxima reunión programada para el 13 de septiembre será un punto crítico y movilizador para la comunidad policial, evidenciando su creciente descontento.
El vocero también abordó la preocupante tendencia de criminalizar las movilizaciones. Según Amarilla, varios de sus colegas han recibido amenazas de acciones legales por participar en protestas, lo que añade un complejo nivel de tensión en una situación ya delicada. Es imperativo que el gobierno reconozca la legitimidad de estos reclamos y respete el derecho de los policías a alzar su voz.
Un Respaldo Necesario y un Cambio Urgente
Ramón Oscar Amarilla dejó claro que su objetivo no es involucrarse en la política, sino defender los derechos de sus compañeros y mejorar las condiciones laborales del personal policial y penitenciario. La situación, tal como está, es crítica. La falta de atención por parte del gobierno podría generar un estallido social que afecte no solo a los policías, sino a toda la comunidad.
En conclusión, se requiere con urgencia un compromiso genuino del gobierno para atender las necesidades del personal y abrir canales de diálogo efectivos. La comunidad policial está cansada de promesas incumplidas y exige un cambio real en la gestión de sus necesidades. Ahora es el momento de escuchar y actuar, antes de que la crisis se torne insostenible.