
Gabriel Villalba Pérez advierte sobre el retorno del dominio estadounidense en Bolivia y América Latina
“El imperio en contracción”
En su columna semanal La Voz del Indígena Urbano, transmitida por Con Fundamento Kriollo desde Radio Lateral, el analista político boliviano Gabriel Villalba Pérez advirtió sobre el escenario que atraviesa Bolivia a pocos días del balotaje presidencial. “Indudablemente existe un problema generalizado en la economía nacional que tiene que ver con la escasez de combustibles”, expresó al comienzo, describiendo el paro del transporte pesado que afecta a Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. Según Villalba, la crisis actual fue “generada durante el gobierno de Luis Alberto Arce Catacora”, un gobierno que “trata de lavarse las manos” y “siempre ha sido caracterizado por lavarse las manos con absolutamente todos”.
El analista explicó que tanto Jorge Tuto Quiroga como Rodrigo Paz, los dos candidatos presidenciales, “instrumentalizan el problema de los combustibles”. Recordó que Quiroga “ha dicho que tiene un plan para traer dólares al estilo de Javier Milei en Argentina”, y que incluso declaró haber conversado con “el Departamento de Estado de Estados Unidos y con el Consejo de Seguridad”. A su juicio, esa subordinación política y económica se enmarca en un proceso más amplio de alineamiento regional con Washington. “Bolivia va a volver a ser un aliado clave para Estados Unidos”, citó Villalba de las declaraciones de Donald Trump, señalando que “el gobierno que entre va lamentablemente volverse a alinear con los intereses geopolíticos norteamericanos”.
Villalba trazó un paralelismo histórico con las dictaduras de los años 70, cuando “Bolivia, Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Brasil fueron parte de los mejores momentos del imperio norteamericano”. Recordó que “el Plan Cóndor posicionó dictadores formados en la Escuela de las Américas de Estados Unidos” y que eso derivó en el endeudamiento y en “los ajustes económicos a instancias del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional”. Para el analista, esa lógica no ha desaparecido: “La señora Laura Richardson dijo que Latinoamérica no constituye el patio trasero, sino el patio principal de operaciones de la geopolítica norteamericana”.
Con tono crítico, Villalba definió a Estados Unidos como “un imperio en contracción” que, ante la pérdida de hegemonía global, “ajusta mucho más las tuercas en lo que ellos consideran parte de su territorio: Centroamérica, Sudamérica y Norteamérica”. En su análisis, ese mecanismo explica los condicionamientos financieros recientes: “Nosotros les vamos a dar la cantidad de plata que les dé la gana, siempre y cuando el señor Milei siga en el gobierno”. Denunció que tanto Argentina como Bolivia sufren “un condicionamiento abierto de Estados Unidos hacia Latinoamérica”.
El analista fue más allá y habló de traiciones internas: “Intentaron matar a Evo Morales bajo el gobierno de Luis Arce Catacora. Es una flagrante traición de estos gobiernos y no solamente traición, sino que se han prestado a los intereses de Estados Unidos”. Para Villalba, esa operatoria demuestra cómo “los gobiernos supuestamente populares se han vuelto serviles a los intereses geopolíticos norteamericanos”. Y advirtió que “la lucha va a ser en las calles”, recordando que “todos los sectores reconocen en Evo Morales un liderazgo que no se olvida, un liderazgo que va a estar ahí en pie de guerra frente a eventuales gobiernos de corte neoliberal”.
Cerca del cierre, Villalba expresó una visión más amplia sobre la decadencia del poder imperial: “Estados Unidos es una potencia en contracción, un imperialismo decadente”. Destacó que los BRICS, China y los países árabes “juegan un rol muy importante” en la nueva configuración mundial, y llamó a mirar hacia el mundo multipolar. En palabras finales, sintetizó su postura con una advertencia clara: “Lamentablemente vemos que los países latinoamericanos están siendo subordinados por intereses imperialistas. Se está perdiendo toda esta ola de soberanía y dignidad nacional y regional que con tanto sacrificio los pueblos han encumbrado”.



