¿Quién se quedará con el mítico Luna Park?
CIUDAD DE LA FURIA: LUNA PARK
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Propiedad de la Iglesia Católica desde el año 2013, aún continúa sin definirse el llamado a licitación para concesionar el mítico estadio que fue escenario de los grandes eventos culturales y deportivos del siglo XX en nuestro país. Breve historia del Luna Park y perfil de los oferentes.
El Luna Park es un pedazo gigantesco de la historia argentina. Inaugurado en 1932, este tradicional estadio cubierto -ubicado en pleno centro de CABA- albergó eventos de talla internacional: desde la presencia de un Papa hasta artistas como Frank Sinatra o Luciano Pavarotti, así como ballets, óperas y finales inolvidables de boxeo. Por allí pasó también el velatorio de Carlos Gardel y el casamiento de Diego Armando Maradona. «Los más relevantes acontecimientos de los últimos 70 años pueden contarse repasando la historia de esta sala: actos religiosos, políticos, artísticos, deportivos y sociales forjaron su trayectoria», se explica desde su página web.
Al igual que el país, este ícono porteño de la vida cultural y deportiva atravesó diferentes etapas y cambios de dueños: fue propiedad de la familia Lectoure hasta el año 2013, cuando fue transferida a una sociedad conformada por Cáritas Argentina (representada legalmente por el Arzobispado de Buenos Aires) y la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco. Es decir que el Luna, producto de una decisión de quien fuese en vida dueña mayoritaria de la sociedad propietaria del estadio -Ernestina Devecchi de Lectoure-, quedó en manos de dos pesos pesados de la Iglesia Católica.
Un poco de historia
La construcción del Luna Park comenzó en 1931 y se completó en tiempo récord, en apenas ocho meses. El diseño del edificio estuvo a cargo del arquitecto Jorge Kalnay, quien mezcló elementos art déco con un estilo monumental convirtiéndolo en una joya arquitectónica de la época.
El Luna Park nació el 5 de marzo de 1932 con los bailes de carnaval, en un predio que antes perteneció al ferrocarril y gracias a la iniciativa de José Lectoure e Ismael Pace. Lectoure era un ex campeón amateur de boxeo en la categoría de peso liviano que empezó a organizar junto a su amigo Pace peleas en distintos lugares de la Ciudad. Uno de esos espacios fue en Corrientes 1066, pero se tuvieron que ir de allí cuando empezó la construcción de la Avenida 9 de Julio. Ese viejo Luna Park funcionaba precisamente donde hoy se levanta el Obelisco, en una calle Corrientes angosta que ya vibraba al son del tango y el teatro.
Fue entonces cuando se mudaron a la mítica manzana de Avenida Corrientes y Bouchard. Primero alquilaron y finalmente compraron el terreno. El estadio nació sin techo: recién dos años después de inaugurado, lo techaron y pusieron las gradas.
El boxeo fue lo que hizo grande al Luna Park. En los ´60 y ´70, años dorados de este deporte, las peleas y las multitudes poblaban sus tribunas los miércoles y los domingos. Tito Lectoure le cerró las puertas al pugilismo en 1987, cuando el negocio dejó de ser lo que era, y se las abrió al show. Invirtió una fortuna en modernizar el viejo estadio y las multitudes volvieron para ver los grandes musicales de Pepito Cibrián.
En 2002, un grupo de abogados cercanos a Ernestina Devecchi de Lectoure (esposa de José y tía de Tito) tomó el control del estadio y cuando la dueña falleció en 2013, en su testamento legó el Luna Park en partes iguales a la Sociedad Salesiana Don Bosco y al Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires en representación de Cáritas Argentinas. Algunos años antes, en 2007, el Luna Park fue declarado Monumento Histórico Nacional.
¿Quiénes se disputan el mítico estadio?
En los años 2018 y 2019 trascendió que la Iglesia quería desprenderse de la propiedad con el objetivo de cubrir un agujero de 130 millones de pesos con el objetivo de pagar sueldos de curas tras haber renunciado voluntariamente al aporte del Estado. Sin embargo, la venta del Luna Park tiene serios obstáculos por su nivel de protección al haber sido declarado Monumento Histórico Nacional en 2007, por un decreto del ex presidente Néstor Kirchner, con lo cual no se puede modificar la fachada ni la preservación estructural del estadio. Es decir, levantar una torre allí no sería tan sencillo.
El llamado a licitación privada para entregar en concesión la explotación del lugar está a cargo de la consultora Ernest & Young (E&Y). A lo largo del último mes se conoció que la empresa internacional Live Nation, que tiene como socio local a Diego Finkelstein, es la principal candidata para quedarse con la concesión del mítico estadio por un plazo de 30 años, proyectando una inversión de 30 millones de dólares. El objetivo sería encarar una completa remodelación del edificio, que respete la fachada y duplique la capacidad del estadio hasta llevarlo a unas 14.000 personas de capacidad.
Live Nation es una productora de eventos en vivo con sede principal en California (EE.UU.). En el año 2010 adquirió la compañía Ticketmaster, convirtiéndose en empresa líder. Actualmente produce más de 22.000 shows anuales para más de 2300 artistas en el mundo. Entre otros eventos, organiza el Lollapalooza en Argentina. Live Nation llegó al país en 2018 con la compra del 51% de la productora DF Entertainment, fundada por Diego Filkenstein en 2015. Por su parte, Filkenstein tiene muy buena llegada y comparte algunos negocios con Eduardo Elsztain, dueño de la desarrolladora inmobiliaria IRSA.
La otra firma en cuestión es ASM Global, adquirida a fines del año pasado por Legends, una empresa premium dedicada a ofrecer eventos en directo a aficionados de todo el mundo. Legends presta servicios de planificación y gestión de proyectos, ventas premium, patrocinio, hospitalidad y merchandising a muchas de las marcas deportivas, de entretenimiento y atracciones más emblemáticas del mundo, como el Real Madrid, el FC Barcelona, el SoFi Stadium, los New York Yankees y la Ryder Cup, así como ligas y propiedades como la NFL, la MLB, la NASCAR, la PGA de América y la Copa Mundial de la FIFA. En nuestro país, está asociada ni más ni menos que al grupo propietario del diario La Nación. Ambos gestionan el poderoso y pujante Movistar Arena.
En tercer lugar, con menores posibilidades, algunos medios llegaron a plantear al cantante Abel Pintos y el empresario Marcelo González -que detenta la licencia de CNN Radio Argentina- como los oferentes restantes. Fuentes cercanas a ellos hablaron de relanzar la «historia mística» del Luna Park. No es un dato menor que Pintos realizará junto a Luciano Pereyra una serie de shows en el Luna para los meses de noviembre y diciembre. Dado el rotundo éxito de este lanzamiento, decidieron agregar nuevas funciones.
Fuente: El Grito del Sur