Cultura y Espectáculos

Soledad Pastorutti: “Hay que entregarse al mundo de hoy y evolucionar con él”

A punto de cumplir 30 años tendiendo puentes entre el folklore y el pop, vuelve a rescatar la música tradicional de Latinoamérica con un proyecto que revisita sus raíces, y mira hacia el futuro con un innovador canal en la web 3.0. Tal como lo hizo en sus comienzos, la cantante de Arequito sigue manteniendo la frescura, siempre al frente de los cambios de paradigma.

Por Daniel Bajarlía

Como ídola popular, Soledad Pastorutti representa el presente, el pasado y el futuro de la cultura argentina. Presente, porque su música nunca perdió vigencia. “Estoy pensando en mi próximo salto de cara a los festejos por mis 30 años de carrera”, confiesa. Pasado, porque sus canciones siempre reivindicaron los sonidos tradicionales, no solo del país, sino de toda Iberoamérica. De hecho, acaba de estrenar Nunca me fui, la secuela de Raíz, el proyecto que la unió con la mexicana Lila Downs y la española Niña Pastori hace diez años y que tendrá una gira conjunta el año próximo. Y futuro, porque la Sole llegó al metaverso a través de la plataforma Imagine As One, de la empresa Gennius XYZ. Desde Sole As One podrá conectarse e interactuar con sus fans de todo el mundo de una forma totalmente nueva.

En una charla exclusiva con El Planeta Urbano, una de las máximas figuras del folklore revela los secretos para mantenerse vigente a casi tres décadas de haber iniciado una revolución que perdura hasta hoy.

–¿Qué significa para vos haber llegado a la web 3.0?

–Es entregarse al mundo de hoy y evolucionar con él. Creo que si nos convertimos en protagonistas de esa evolución, va a ser más fácil tomar las riendas y que no nos lleve por delante todo lo que ocurre. Con Imagine As One los artistas vamos a poder tener una conexión mucho más profunda con nuestro público sin importar donde estemos. Cuando empecé a cantar era muy difícil imaginar una carrera internacional. Hoy, en cambio, todo nos queda más cerca y parecería no haber límites.

La Sole de Sole As One hasta puede tener la libertad de cantar un repertorio diferente. En cada pueblo al que iba, siempre me conectaba con la gente en persona. Lo sigo haciendo porque me encanta, es de las cosas más bonitas que me pasó en mi carrera, pero gracias a la tecnología es posible llegar a otras partes del mundo y acercarse a otras culturas.

–¿Cómo fue volver a trabajar con Lila Downs y Niña Pastori diez años después de haber grabado “Raíz”?

–Siempre es un placer compartir con dos artistas tan tremendas. Esta vez fue mucho más fácil porque las comunicaciones son mucho más ágiles y permitieron que la preproducción fuera más ordenada. Además, cuando conocés a la otra persona y tenés confianza sabés qué puede gustarle y qué no, así que fue más sencillo ponerse de acuerdo con el repertorio y el formato. El proceso también fue más corto porque hicimos menos canciones. Lo que no cambió es que nos juntamos las tres a grabar en el mismo estudio en Miami. Hicimos una canción de cada una, el clásico “Todo cambia”, popularizada por Mercedes Sosa y una inédita, “Tan bonita”.

Yo tenía un montón de temas que podría haber elegido para hacer con ellas, pero quería que fuera uno del último disco, por eso seleccioné “Hispano”, que toca una temática que encaja muy bien con el proyecto porque se refiere al idioma que hablamos las tres, pero también trata de la resiliencia y de la conquista. Es una gran composición, tiene mucha elegancia. El objetivo principal de esta vuelta es hacer una gira conjunta que probablemente empiece en febrero del año que viene, pero surgió la oportunidad de grabar este EP y lo disfrutamos mucho.

–Estás con un proyecto que mira hacia el futuro, como es Sole As One, y con otro que va hacia el pasado, en donde rescatás la música tradicional de Latinoamérica. Visto en perspectiva, siempre volviste a tus raíces para darles un manto de modernidad, en especial cuando arrancaste, que estuviste a la cabeza de una generación que le dio aire fresco al folklore.

–A mí me tocó primero, pero yo no lo busqué. En aquella época el folklore estaba en un momento bastante chato. Todos hablaban de su poca capacidad de comercialización y por eso no había ninguna compañía interesada en él. El folklore siempre fue por otro lado, representa a la gente en su forma de describir la cotidianidad y, si bien tiene mucho del pasado porque es parte de nuestra historia, considero que también es nuestro presente y nuestro futuro, pero que hay que trabajar para que así sea.

Hoy el folklore está vestido de otra manera y hay un montón de artistas que se valen de recursos del género para poder comunicarse con la gente y representarla. Siempre me preocupo por no descartar lo que fue esta música porque ahí están nuestros abuelos, pero también nuestros errores y nuestros aciertos. Me parece un error quedarse estancado, hay que disfrutar el presente y ver cómo evolucionamos.

–¿En tus comienzos, fuiste consciente de la renovación que estabas haciendo?

–Yo siempre hice lo que me gustó, pero en aquel momento, por edad y por frescura, también fui disruptiva. Nadie esperaba que una chica de 15 años vestida de gaucho cantara folklore con la energía del rock. En aquel momento no tenía recursos, ni siquiera tenía tanta llegada a la música. Los que vivíamos en pueblos, si queríamos escuchar un CD, teníamos que encargarlo y esperar 20 días a que llegara. Hoy, en cambio, con un clic tenés todo a tu alcance.

–¿Imaginabas que tus canciones iban a meterse de lleno en la cultura popular argentina?

–Siempre busqué ser honesta conmigo y hacer algo distinto, pero la respuesta de la gente me sorprendió. Cuando mi vida cambió gracias a la música, no imaginé que iba a tener todo este recorrido. Creo que es mucho más real decidir que vas a dedicarte a la música cuando estás en el baile, que sin conocer de qué se trata, porque uno toma la decisión sabiendo lo bueno y lo malo. Me siento muy orgullosa de ser una mujer que empezó siendo una pibita que eligió un género musical poco convencional y no comercial.

–¿Por qué creés que la gente se identificó tanto con tu música?

–Me parece que lo que es original y honesto de alguna manera impacta. De la noche a la mañana me convertí en un fenómeno que fue más allá de lo musical y pienso que se debió a que generé un nexo entre los que vivimos en el interior y los que están en las grandes ciudades. Por supuesto que tenemos vidas y contextos diferentes, pero a fin de cuentas todos buscamos lo mismo: rodearnos de gente que nos quiera y alcanzar el éxito, entendido no como ganar dinero, sino como llegar a sentirse cómodo porque uno se siente valorado por los demás.

–¿Alguna vez pensaste en dejar Arequito?

–Arequito para mí es un lugar agradable y tranquilo. Quise demostrar que puedo ser la de siempre en el lugar de siempre, que puedo criar a mis hijas donde me siento segura, pero también ser artista. Había un mito en los 90 de que había que vivir en Miami para hacer carrera. A lo mejor era una gran puerta, pero yo antes que nada necesito ser feliz y estar cómoda porque eso después se traduce en la música. De todas maneras, no es que vivo ahí como forma de resistencia.

Para mí, el mensaje hacia los más jóvenes no es que se vuelvan a sus pueblos. Al revés, les digo que si tienen la oportunidad de viajar por el mundo, que aprovechen que hoy hay más herramientas para hacerlo. Eso no hace que uno desprecie su lugar. En la Argentina tenemos una valoración de las cosas que hay que cambiar, como pensar que si te fuiste sos un traidor y que si te quedaste sos recontra argentino. Tenemos un país maravilloso, con oportunidades increíbles, que produce, que tiene gente inteligente con una capacidad que afuera valoran mucho, a pesar de que la educación en los últimos tiempos no haya sido la que deseamos. Tenemos que aprovechar todo eso.

–Recién mencionabas a tus hijas. ¿Cómo se lleva la maternidad con la vida artística?

–La vivo con mucha naturalidad. Yo elegí ser mamá y deseé profundamente formar una familia. Mis hijas me dieron una fuerza extra y una mirada mucho más sabia de las cosas que me permitió tomar mejores decisiones. Con ellas aprendo todos los días y esa experiencia se transmite en todo lo que hago. El objetivo de mi carrera nunca lo cambié. Siempre fui con mi familia a todos lados. Antes iba con mi papá, mi mamá y mi hermana. Ahora lo hago con la familia que construí. Es cierto que no es fácil conjugar las dos cosas, pero no se debe al hecho de tener hijos, sino a que vivimos en una sociedad con estructuras que tienen mucho para cambiar.

CRÉDITOS DE PRODUCCIÓN

Fotos: Laureana Fenoy

Pelo, make up y estilismo: Damián Brissio

Asistente de vestuario: Maximiliano Faraoni

Realización de vestuario: Pía Zubielqui

Agradecimientos: Tavo García

Fuente: Planeta Urbano

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