Cultura y Espectáculosprincipales

Bicentenario de la Batalla de Junín junto al Profesor Ubaldo García

El extraordinario relato de la batalla de Junín acaecida un 6 de agosto de 1824, por el Profesor Ubaldo García, reconocido escritor de venezolano, autor de varios libros y conductor de programas radiales dedicados a la historia de su país y de nuestro continente, en contacto con Radio y Diario Lateral, nos permite adentrarnos a los detalles más intrigantes de cómo se fueron elaborando las grandes victorias de las fuerzas patriotas en nuestro continente.

En esta oportunidad, el docente, nos comparte una crónica de la batalla donde se encuentran fuerzas latinoamericanas bajo el mando del Gran Libertador Simón Bolivar, entre ellos, comandantes que acompañaron al General San Martín en gloriosos tramos de las luchas por la independencia.

La entrevista realizada por este diario, pone a disposición el audio completo de la palabra de Ubaldo García. Es este material lo central de la publicación.

A la par, rescatamos la nota realizada por el Instituto Nacional Sanmartiniano, del Gral Brig (R) Rafael José Barni, quién también realiza una crónica de los hechos ocurridos en la batalla de Junín, uno de los últimos enfrentamientos que sostuvieron los ejércitos realistas y patriotas en el proceso de la independencia del Perú, el 6 de agosto de 1824. El lugar donde fue protagonizada la conflagración, fue en Meseta de Bombón, situada en el centro del Perú en el actual departamento de Junín a orillas del lago llamado Junín o Chinchaycocha que está situado a 4000 metros sobre el nivel del mar.

Profesor Ubaldo García.

Introducción

No he sido muy original en la selección del tema, justamente en este ámbito de historiadores, que con toda seguridad conocen acabadamente el relato de la batalla de Junín, pero lo que me movió a proponerlo para estas charlas que hacemos en estas reuniones, es dar un testimonio de homenaje a nuestros BRAVOS de JUNÍN, en el año del bicentenario de esta batalla, que juntamente con Ayacucho, unos meses más tarde, sellarán la independencia de Sudamérica del reino de España.

Antecedentes de la batalla

Después del retiro del Perú, el congreso de Lima proclamó a Bolívar Libertador e instituyó la Dictadura como una necesidad de la guerra. Algunas diferencias de procedimientos con Bolívar, ocasionaron el retiro de algunos oficiales argentinos, entre ellos Arenales y Lavalle.

De aquel gran Ejército Libertador del Perú que llevó San Martín, solo quedaban 250 Granaderos del RGC, ahora llamado Granaderos de los Andes y el Regimiento Río de la Plata, conformado ahora por el Batallón de Infantería 11, que había conducido Las Heras en Chile y luego reforzado con artillería de Chile e Infantería de Colombia y Perú.

Se produce la sublevación del Callao, con lo que vuelve a flamear la bandera española en esa fortaleza y en Lima y De la Serna comienza a tener diferencias políticas con el General Olañeta, comandante del Ejército del Sur, desplegado en el Alto Perú.

A pesar de los contratiempos políticos y militares y luego 14 años de luchas continuadas, continuaba la inquebrantable voluntad patriota porque el lema de la revolución era ¡Independencia o muerte!

Bolívar que goza del prestigio de Carabobo y Boyacá, va a enfrentar a un prestigioso General francés de nacimiento y español por sus servicios, Canterac, probado en la guerra contra Napoleón. Refiriéndose a él nos dice el historiador José Biedma “Honrosas cicatrices señalan en su cuerpo la bizarría de su acción y su valor, veinticinco condecoraciones ganadas en acción de guerra orlan su pecho. Conoce la vasta zona en que actúan las tropas contendientes pues ha peleado en las fronteras argentinas, en el Alto Perú y el centro del continente”

Bolívar prepara detalladamente a su ejército y en mayo de 1824 inicia la marcha desde su campamento en Huaraz hacia el cerro de Pasco.

Su ejército sumaba 8000 hombres, donde cabe destacar a su caballería por ser la única que entró en combate, la misma sumaba 900 hombres al mando del General Necochea y contaba con dos divisiones, una colombiana al mando del General Carvajal y una argentino/peruana al mando del General Miller. En esta división figuraban entre otros, Suarez. Olavarría, Pringles, Pedernera, Frías y Bruix, jefe de los granaderos de los Andes.

Canterac contaba con efectivos similares pero su caballería alcanzaba los 1300 hombres, al mando del Brigadier Bedoya, organizada en tres divisiones también al mando de prestigiosos comandantes.

Debo decir orgullosamente como salteño y Güemesiano que todos estos prestigiosos comandantes al servicio de España, empezando por De la Serna para abajo, fueron derrotados por el General Güemes al rechazar 6 invasiones, para permitir la campaña de San Martín y cubrirle su flanco en Chile.

Preliminares de la batalla

Ambos comandantes saben de los movimientos de su adversario y se buscarán para dar la batalla.

En junio de 1824, el General Olañeta se declara en franca rebeldía a De la Serna y este manda una división al mando de un muy prestigioso General, Jerónimo Valdés a reprimirlo y el mismo día de la batalla de Junín derrota en una cruenta batalla a otro Valdés el conocido Barbarucho que fue quien había conducido en 1821 la emboscada en Salta que terminó con la vida del General Güemes. De la Serna pide urgente el regreso de Jerónimo Valdés.

Canterac marcha desde Jauja hacia el norte por el camino real que pasa por el este del lago de Junín y alcanza con su caballería la villa de Pasco encontrándose con la sorpresa que Bolívar ya no se encuentra en ese lugar y temeroso de ser cortado en su retaguardia inicia una veloz contramarcha, el 5 de agosto hacia el sur.

Resulta muy interesante conocer las razones por las que Bolívar toma el camino que corre por el oeste del lago Junín.

Miguel Otero, que luego de la guerra de la independencia será gobernador de Salta, escribió una carta en 1870 a Teodoro Chacón felicitándolo por el artículo escrito en el diario la República sobre la Batalla de Junín y en la misma le explica varios detalles sobre la misma, entre ellos la elección del camino de marcha de Bolívar previo a la batalla.

El 31 de julio, estando ya Bolívar en el cerro de Pasco, manda a su primo, el Coronel Francisco de Paula Otero, luego general, a consultarlo sobre los caminos a tomar y las jornadas de marcha a realizar y se produce un diálogo entre ambos

Miguel Otero se asombra por lo tarde que están planificando una cuestión tan importante y le manifiesta que Canterac está en Jauja listo para marchar y sólo espera que Bolívar llegara a Pasco – Está a 3 jornadas de marcha Tarma, Reyes, Pasco – Miguel Otero le pregunta que camino piensan tomar  y su primo le responde el Camino real – Otra locura, le manifiesta Miguel Otero, Canterac nos busca y nosotros salimos a su encuentro y le facilitamos la tarea – Molesto su primo le responde estamos para pelear y morir –Si pero como soldados racionales no como toros  ciegos – A continuación Miguel Otero le manifiesta las ventajas del camino por el oeste del lago de Junín, Distancia de ambos caminos, mejores pasturas, poblaciones, evitar sorpresas del enemigo, entre otras.  –  Luego confeccionan un croquis y se reúnen sólo los Oteros y Bolívar – Comentario de Bolívar: “Esto es lo que yo necesitaba, parece mentira que ninguno de los ingenieros que tengo me lo haya hecho notar”.

Desarrollo de la batalla

Ambos ejércitos se avistan a algunas leguas de distancia, por diferentes caminos el 6 de agosto en Junín o Pampa de Reyes.

Ambos comandantes cometen el error de dejar a su infantería separada de la caballería, Bolívar porque en su apuro por desplegar, la misma se adelanta quedando rezagada la infantería 2 leguas (Casi 10 kilómetros) a retaguardia y Canterac ordena que continúe la marcha hacia el sur porque confía en la superioridad numérica y de calidad de su caballería, aparte que es su arma preferida.

La caballería de Necochea avanza por un sendero estrecho, limitado por un bañado a su izquierda y un cerro a su derecha que sólo le permite desplegar 3 escuadrones, dos colombianos a la izquierda a sus órdenes y uno peruano a la derecha al mando de Miller.

Canterac lanza su ataque con sus tres divisiones en todo el frente, que arrolla inicialmente a toda la caballería patriota y que, a pesar del intento de resistencia de unos de los escuadrones colombianos, todos vuelven grupas a retaguardia y en esa retirada arrastra a los escuadrones que no habían aún desplegado.

En esa desordenada retirada, Necochea intenta un contrataque que se estrella contra los Dragones del Perú realistas y cae gravemente herido y tomado prisionero.

Canterac ya comienza a disfrutar su triunfo, pero en esa encarnizada y desordenada persecución no percibe al escuadrón de los Húsares de la Guardia del Perú del Teniente Coronel Suarez, que está junto al bañado, intacto pues no ha participado de ese enfrentamiento, y viendo esa oportunidad, ordena a degüello sobre la retaguardia realista y allí empieza la confusión y el desorden de la caballería realista que ejecuta una vergonzosa retirada como dice Canterac en su parte. El resto de la caballería patriota comienza a reorganizarse y apoya la tarea que ha comenzado con éxito Suarez.

Necochea y Olavarría son rescatados por Suarez.

La batalla duró 45 minutos y sólo se combatió con lanzas y sables, ningún disparo se escuchó en la misma.

Como final de la batalla, Bolívar en formación de la división peruana, elogia el comportamiento de Suarez y sus Húsares a quienes bautiza como Lanceros de Junín.

Algunas misceláneas de esta batalla

  1. Sables rotos. En 1826 cuando regresa el Coronel Bogado con los restos del RGC y deben entregar sus armas en el parque de artillería, el Sargento Pedro Lucero sólo entrega la mitad del mismo pues lo partió en Junín. Había dicho cuando lo retiró en 1812, “Si Dios me ayuda, aquí te he de traer otra vez”.
  2. Eustoquio Frías – Presidente Carlos Pellegrini, que tenía gran aprecio por Eustoquio Frías lo visitó en su casa en 1891. En esa ocasión le preguntó si tenía algún sable de recuerdo de sus campañas y este le respondió: “No yo cuidaba las armas porque el ejército era pobre y yo también. Necochea me regaló un sable en Mendoza, lo rompí en Junín, estaba algo sentido”.
  3. Jorge Luis Borges – Bisnieto de Suarez le dedicó un poema en uno de sus libros (El otro, el mismo) titulado “Página para recordar al Coronel Suarez vencedor en Junín” el instante infinito en que las lanzas se tocaron la orden que movió la batalla, la derrota inicial y entre los fragores (no menos brusca para él que para la tropa) su voz gritando a los peruanos que arremetan la luz, el ímpetu y la fatalidad de la carga al furioso laberinto de los ejércitos…
  4. Malvinas. Curiosamente se me ocurrió hacer un paralelo de dos acontecimientos en donde figura el nombre del Coronel Suarez, la batalla de Junín y Monte Longdon en la guerra de Malvinas. En Junín el éxito se lo debemos a Suarez y sus Húsares del Perú, en Monte Longdon en donde combatía tenazmente el Regimiento de Infantería 7 “Coronel Conde” contra el Regimiento de Paracaidista 3 del ejército británico, una unidad de elite, fue la decidida y valiente actuación del Escuadrón de Caballería Blindado 1, ejecutando un contraataque, lo que permitió el repliegue del Regimiento 7 a una nueva posición. Curiosamente ese escuadrón lleva el nombre de Coronel Isidoro Suarez. La valiente resistencia del Regimiento 7 y el tenaz contraataque del Escuadrón de Caballería, obligó al comandante británico a reemplazar al Regimiento de Paracaidista 3 por el Regimiento de Paracaidista 2 por las bajas y el desgaste sufrido. Hago este paralelo para expresar que el nombre de este valiente oficial, formado y educado por San Martín en su histórico Regimiento de Granaderos a Caballo, se encuentra presente en los momentos de peligro y decisión.

Conclusiones

  1. Error de De la Serna al destacar una división contra Olañeta.
  2. Factor de éxito de Bolívar en la elección del camino de marcha.
  3. Diferencia de liderazgo de los dos comandantes.
  4. Errores de Canterac en el empleo de su caballería.
  5. Parte de batalla de Bolívar.
  6. ¿Fue una batalla?
  7. No debería resultar extraño el comportamiento de Suarez, Necochea, Olavarría, Miller y Bruix, entre otros, pues todos ellos son hijos del General San Martín, forjados en el yunque del Regimiento de Granaderos. Son parte de una raza de jinetes argentinos y de oficiales educados en esa escuela de regimiento en donde el honor, la lealtad y el espíritu de cuerpo constituían la base de la formación de todos los hombres de ese extraordinario regimiento.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Artículos Relacionados

Volver al botón superior

Adblock Detectado

POR FAVOR DESACTIVE SU BLOQUEADOR DE ANUNCIOS, ESTE MEDIO SE FINANCIA CASI EN SU TOTALIDAD CON PUBLICIDAD, MUCHAS GRACIAS