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Carlos Romero, artesano de Puerto Esperanza: 20 años amenazados por un desalojo sin explicaciones

PUERTO ESPERANZA, MISIONES — Carlos Romero, artesano local con más de dos décadas de trabajo en la antigua terminal de ómnibus, enfrenta una orden de desalojo emitida por la Municipalidad de Puerto Esperanza. La notificación, firmada por la secretaria de gobierno Horacio Zarza, le exige abandonar su puesto en 15 días “sin intención de renovar contratos”, según consta en el documento. Sin embargo, Romero asegura que el intendente Horacio Zarza desconoce la medida: “Públicamente dijo que él no envió esa nota”.

Incertidumbre y contradicciones

En una visita informal a la zona, el intendente negó haber ordenado el desalojo y prometió enviar a un “profesional” para realizar un relevamiento. Pero cuando Romero le preguntó si esto anulaba el plazo de 15 días, Zarza respondió que “lo que vale es su palabra”. Una promesa vacía, según el artesano: “Cuando asumió, nos dijo que no nos desalojaría. Hoy cambió su palabra”. La falta de comunicación formal y los mensajes contradictorios han sumido a Romero y otros 11 comerciantes en una “incertidumbre total”.

20 años de raíces

El puesto no es solo un trabajo: es la vida de Romero. Allí crió a sus hijos —”dormían abajo de la mesa del puesto”— y forjó su oficio como artesano en madera torneada, orfebre en alpaca y creador de piezas en cuero repujado. “Soy el artesano del pueblo. Es Puerto Esperanza el que me da de comer”, enfatiza. Sus piezas, desde bombillas de mate hasta porta termos, han recorrido ferias nacionales como la FICO de Córdoba y la Feria de Colón.

Ataques y desprestigio

Tras la difusión del conflicto, el intendente escaló la confrontación: en redes sociales tildó a los artesanos de “sucios” y “conflictivos”. Romero rechaza las acusaciones: “Nuestros espacios están limpios porque vivimos de esto. Un lugar sucio no atrae clientes”. Además, revela que entre los afectados hay militantes del propio partido de Zarza (Renovador, oficialismo provincial), lo que descarta una motivación política.

Desamparo legal

Sin recursos para un abogado, Romero y sus compañeros navegan solos la burocracia municipal. Aunque el exconcejal Héctor Servin declaró que la orden “no tiene validez”, no existe un documento oficial que rectifique el desalojo. “Estamos como desamparados, ignorantes del porqué”, lamenta. Su hija, profesional desempleada en seguridad e higiene, también depende del puesto.

Un llamado a la dignidad

“¿Qué color político puede tener levantarse a laburar, producir y dar de comer a tu familia? Eso se llama dignidad”, remarca Sergio Centenaro, conductor del programa radial que visibilizó el caso. Mientras Zarza evade responsabilidades, Romero clama por una solución escrita: “El conflicto lo crearon ellos con esa nota”. Hoy, su historia es un símbolo de la lucha contra el abuso de poder y el olvido a los trabajadores informales.

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