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El salario promedio apenas alcanza a cubrir el 65% de una canasta básica que incluye alquiler y expensas

Una familia de cuatro integrantes debería contar al menos con $1.500.000 para cubrir solo la canasta de alimentos y servicios básicos, y pagar un techo donde vivir, esto es el doble del ingreso mediano de la población.

Por Eugenia Rodríguez

¿Qué salario alcanza para pagar un alquiler? la pregunta resuena en las familias inquilinas del país que además de hacer frente al costo de vida para la subsistencia básica maniobran para llegar a cubrir el pago de alquileres desregulados y con actualizaciones trimestrales al punto de que, un hogar de cuatro integrantes debería contar al menos con 1.500.000 pesos exclusivamente para cubrir la canasta de alimentos y servicios básicos, y pagar un techo donde vivir. Esto en una coyuntura donde el salario mínimo es apenas el 15% del valor de esa canasta que, a su vez, es el doble del ingreso mediano de la población.

Al respecto, la organización Inquilinos Agrupados dio a conocer esta semana su “Canasta Inquilina” que considera el valor de la Canasta Básica Total (CBT) que publica mensualmente el INDEC y el costo del alquiler y expensas que surge de la Encuesta Nacional que realiza el espacio trimestralmente. Según señalan, buscan “generar datos que no son tenidos en cuenta pese a que representan el gasto más importante del hogar de más de 10 millones de inquilinos del país”.

A seis meses de la entrada en vigencia del DNU 70/2023 del gobierno nacional que incluyó la eliminación de la Ley Nacional de Alquileres, resaltaron el impacto económico en el bolsillo de la población inquilina (en torno al 20% del total), con expensas cada vez más costosas e imposición de actualización de precios cada tres meses -lejos de la actual realidad salarial argentina-. Todo fue aumentando el peso sobre los ingresos de los hogares que, cada vez más, recurren a diferentes formas de endeudamiento para tratar de no quedarse sin un alquiler.

El peso del alquiler en la canasta básica

Según el último dato de la Canasta Básica Total (CBT) del INDEC, en junio una familia de cuatro integrantes necesitó contar con $873.169 para no ser pobre. A ese dato que considera los consumos básicos alimentarios y otros como transporte, educación, salud, el espacio de Inquilinos Agrupados lo cruzó con los datos que relevan la situación concreta de quienes alquilan en el país.

Sobre ello, la última Encuesta Nacional de Inquilinos mostró, comparado con enero de este año, que si en ese mes se pagaba en promedio $121.017 por una vivienda de 2 ambientes, sólo dos meses después el precio rondaba los $161.113 (33% más) y tres meses después, para junio, ese valor alcanzó los $217.424, un 35% de aumento extra. Como consecuencia el 34% de los ingresos de los hogares inquilinos se destina al pago del alquiler más las expensas (aumentaron 40% en los cuatro primeros meses del año) y ese porcentaje escala al 39% en muchas familias que, aún teniendo ingresos formales, iniciaron un alquiler con posterioridad al DNU 70/2023.

De acuerdo con las estimaciones de la “Canasta Inquilina” que cruza los datos anteriores, una persona adulta necesitó en junio contar con ingresos por $649.566 para cubrir los gastos de alimentación, servicios básicos y llegar a pagar un alquiler donde vivir, esto es un 130% más que el valor fijado por persona en junio en la Canasta Básica del INDEC ($282.579). A su vez, una pareja requirió de $1.052.947, es decir, más del doble del monto fijado para dos adultos de entre 30 a 45 años en el indicador oficial. Por su parte, una familia de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores) demandó $1.507.276 para cubrir gastos básicos incluyendo alquiler, esto es 73% más que los $873.169 de la medición del organismo nacional. 

Considerando lo anterior, si se cruzan los datos de la canasta incluyendo alquileres con los ingresos de la población se evidencian aún más las crecientes dificultades para afrontar el pago del alquiler en un marco atravesado, además, por la imposición de actualización de precios según la evolución de la inflación, que pasó de representar el 51% de los contratos antes del decreto del gobierno al 58%, con posterioridad.

En detalle, si se compara el valor de una “Canasta Inquilina” para un hogar tipo ($ 1.507.276) con la última remuneración promedio del sector privado disponible en la Secretaría de Trabajo Nacional, se observa que es apenas el 67% del total de esa canasta básica, mientras que si se toma el ingreso de la mediana de la población (punto medio del total) la cobertura baja al 52% del total de los ingresos necesarios. Asimismo, comparado con el salario mínimo, vital y móvil, este ingreso solo llega a representar el 15,5% de lo necesario para no caer bajo la línea de pobreza en nuestro país. En otras palabras, esa familia debería contar con al menos seis salarios mínimos para pagar el valor de alimentos básicos, algunos servicios y el alquiler. 

El encarecimiento en el valor del alquiler se da, además, en una coyuntura donde se imponen tiempos de actualización de precios más cortos. De esa manera, un balance del primer semestre muestra que el 66% de los contratos firmados post DNU tiene actualización cada 3 o 4 meses, y en el 95% de los casos los plazos son iguales o menores a 6 meses, según los datos de la Encuesta Nacional.

Ingresos por el piso

El crecimiento del peso del alquiler en los ingresos de la población se da a la par de un crecimiento sostenido de la pulverización del poder adquisitivo de los ingresos. Según los últimos datos de salarios del INDEC, el nivel general de los salarios continuó en abril de 2024 un 27% por debajo de un año atrás y perdió 12% con respecto a diciembre del 2023, en tanto que si se focaliza en el sector privado registrado cayó 11% interanual, pero en abril creció 2,0% acumulado, mientras que el sector público está 25% atrás de abril del año pasado y se contrajo 7% frente a diciembre, y el no registrado -el que más pierde, bajó 40% interanual y 16% en cuatro meses. 

Por su parte, si se miran los datos de la remuneración mediana sin estacionalidad del empleo registrado en el sector privado que publica el SIPA, se observa que dicho ingreso cayó en términos reales 26% con respecto a diciembre del año pasado y 8% comparado con un año atrás. Asimismo, el salario mínimo que se ubica en $234.215 tiene un poder de compra 32% menor del que tenía en noviembre de 2023 y 56% por debajo de noviembre de 2015, siendo el nivel más bajo de los últimos 30 años. 

Al respecto cabe mencionar que este jueves se realizó una nueva reunión del Consejo del Salario entre la representación sindical, empresarial y el gobierno que, sin embargo, no logró acordar el incremento de este ingreso cuya última actualización fue en mayo pasado, por lo que ahora definirá discrecionalmente el Ejecutivo, por tercera vez en el año. “La insensibilidad social por parte del sector empresario se traducen en los $245.094 que ofrecieron para julio en contraposición con los $480.000 propuestos por la representación de los trabajadores”, señaló un comunicado de la CGT.

Finalmente cabe mencionar que en este escenario las familias recurren cada vez con más frecuencia al endeudamiento para subsistir en la vida cotidiana. En lo concreto el 62% de los hogares inquilinos está endeudado, el 30% contrajo deudas para pagar el alquiler y 34% para alimentos. Es decir, al mismo tiempo que se destina una mayor proporción de los ingresos a pagar el alquiler, la cantidad de inquilinos que están endeudados también es mayor.

Fuente: El Destape

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