Cultura y Espectáculosprincipales

Invasiones Inglesas: La resistencia popular que forjó la identidad del Río de la Plata

En una reciente columna de “Pasado de Revoluciones” en Radio Lateral, el historiador Mariano Cabral desentrañó los detalles de las invasiones inglesas al Río de la Plata (1806-1807), episodios que marcaron un antes y después en la historia argentina. “No fueron dos ataques aislados, sino una gran invasión que duró más de un año, con los ingleses operando en Buenos Aires, Montevideo, Colonia y Maldonado”, destacó Cabral. Estos hechos, usualmente simplificados como “dos invasiones”, revelan una lucha geopolítica por el control de mercados en plena era napoleónica, donde Inglaterra buscaba abrir rutas comerciales tras perder acceso a Europa.

La resistencia popular emergió como eje central. Cabral subrayó que, mientras las élites porteñas vacilaban, “el pueblo llano, los sectores populares, fueron enemigos decididos de los invasores desde el primer día”. Un ejemplo emblemático fue el asalto al barco inglés varado en el Río de la Plata, liderado por un joven Martín Miguel de Güemes: “Una caballería tomó un barco a puro coraje, un hecho único en la historia militar”. Este episodio, aunque envuelto en debate histórico, simboliza la audacia de una población que no se resignó a la ocupación.

La figura de Santiago de Liniers, militar francés al servicio de España, fue clave. Tras la reconquista de Buenos Aires en 1806, Liniers organizó milicias populares como el Regimiento de Patricios, liderado por Cornelio Saavedra. “Fue el pueblo quien presionó para que Liniers fuera nombrado jefe de armas, convirtiendo a Buenos Aires en una república plebeya antes de 1810”, explicó Cabral. Estos cuerpos militares sentaron las bases para la defensa durante el segundo ataque inglés en 1807, donde 10,000 soldados británicos fueron repelidos.

El rol de figuras como Manuel Belgrano también cobró relevancia. Aunque funcionario del virreinato, Belgrano se negó a jurar lealtad al rey inglés y se exilió en la Banda Oriental. “Belgrano le dijo a un general inglés: ‘Preferimos el amo viejo o ningún amo’, recordó Cabral. Esta postura antiimperialista, compartida por líderes como Juan Martín de Pueyrredón y José Artigas, reflejó un incipiente sentimiento independentista que culminaría en la Revolución de Mayo.

Las invasiones dejaron un legado de unidad y organización. Cabral destacó que “el mismo pueblo que resistió a los ingleses en 1806 y 1807 fue el que en 1810 impulsó la Revolución”. La creación de milicias y cabildos abiertos, como el del 14 de agosto de 1806, demostró que la soberanía popular ya latía en el Río de la Plata. “Fueron los sectores populares los que empujaron la guerra contra el invasor, no las autoridades coloniales”, afirmó.

Hoy, estos hechos resuenan como un llamado a revalorizar la historia común latinoamericana. “Maldonado, Montevideo y Colonia también fueron tomadas; esto no fue solo una lucha porteña”, insistió Cabral. Las invasiones inglesas, más que un relato de héroes, son un testimonio de cómo la resistencia colectiva forjó la identidad de un pueblo que pronto desafiaría el orden colonial.

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