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¿Qué quieren hacer con Diego Bruja Silveira?

Por Sergio Centenaro

Van transcurridos 38 días de la detención del empresario del Mercado Central Diego Bruja Silveira luego de un escandaloso operativo policial aquel domingo 18 de agosto. Aún la justicia no avanzó con el peritaje de las pruebas que podrían certificar si el empresario denunciado es o no culpable de amenazas.

El denunciante, un ciudadano paraguayo llamado Alfredo Troche Cubilla, del que hasta hoy se desconoce paradero, se encuentra radicado en su país, pero, con un frondoso prontuario en la Argentina. Fue denunciado por una cuñada de haber cobrado dos millones de pesos para denunciar a Diego Silveira. Y otro monto similar una vez que pisara tierras paraguayas nuevamente. A la justicia misionera ya no le importa el desinterés repentino de Troche Cubilla. Ni a Troche Cubilla le interesa comercializar en el Mercado Central de Posadas. Al parecer, nadie necesita de nadie. Ni el Juez Monte la presencia del paraguayo en su tribunal ni a Troche Cubilla cerciorarse del avance de la causa. Todo muy raro. Todo es espeso y lento.

Ahora se conoció la disposición de un botón anti pánico para algunos integrantes de la Cámara de Operadores que, al parecer, también denunciaron a Silveira, y entorno, por amenazas.

Menú a la carta; “¡Amenazas, amenazas!”, cualquier ciudadano que pase por la puerta del juzgado número 2 de Posadas, acérquese, pregunte por algún diligente Secretario de la Sala Uno, le tomarán testimonio y podrá acusar a Silveira de amenazarlo. Se desconoce si reparten alfajores o caramelos, pero no hay dudas de que la temporada de acusación por amenazas a Diego Silveira está abierta. Pasen y vean. Pregunten que están buscando.

Son 38 días de prisión. Diego Bruja Silveira cumple un mes y 8 días sin poder abrazar a sus hijos, sin poder cuidar y convivir con sus seres queridos. La impunidad de aquellos que pergeñaron este enredo judicial se sentirán poderosos, intocables, soberbios. Metieron preso al Bruja.

El chetaje del Mercado Central celebra como una victoria quebrantar la vida de un ser humano. Apoyan la cabeza en la almohada y duermen. La insensibilidad habita en cualquier corazón cuando no se la aleja a tiempo. La miserabilidad de la trama que mantiene a este empresario en la Comisaría 4ta desde aquel domingo 18 de agosto no tiene precedentes.

Justicia en cámara lenta. Todo está ralentizado, todo está detenido en el tiempo. El dolor familiar por la ausencia persistente de un esposo, de un hijo, de un padre, no puede ajustarse a los tiempos burocráticos de un papel frío. Sin embargo, así está pensada la trampa. Así está configurado este escenario de “ablande”. ¿Querrán destruirlo quitándole su empresa?, ¿Querrán quebrantarlo moral y anímicamente en una celda sin importar el dolor que le causen a él y a sus seres queridos? ¿Éste juego perverso tiene un límite? ¿O no lo hay?

Para nadie es extraño que el Presidente del Mercado Central, Fernando Toledo, ni el Presidente de la Cámara de Operadores, Bruno Deis, circulen por el Juzgado de Instrucción 2, a cargo de Juan Manuel Monte como si fueran viejos habitué de un bar.

La defensa de Diego Silveira aseguró que el trabajo en lo referente a lo judicial ya está hecho. Aguardan la conformación de la Sala que deberá revisar la apelación que elevó el Doctor Adrián Oudín a la Cámara. A su vez, el tan ansiado peritaje del teléfono celular de Silveira sigue en la eterna espera.

Esperar es un castigo. Quizás es la madre de los castigos. La espera por recuperar la libertad, la espera por recuperar a un ser amado en casa. Todo es un castigo. Todos sabemos que los castigos los aplica el que puede. No significa que por recibirlo lo merezca uno. El poder, el que puede, el que puede y quiere. O, en la jerga callejera, el que pone la tarasca arriba de la mesa es la voz cantante. Lo demás, hojarasca al viento.

Fotos para que celebren sus carneros

Estos son registros fotográficos familiares. Diego Bruja Silveira junto a sus hijos. Esto es lo que Diego Bruja Silveira ya no puede hacer desde el 18 de agosto de 2024, abrazarse con los seres más inocentes que merecen de él todos sus esfuerzos. Ahora, ustedes, pueden celebrar, abrir un champagne y brindar. Embriagarse y gritar al cielo su venganza consumada.

La Cámara de Operadores, en la figura de Bruno Deis, Luis Caloggero, Fabián Florentín y los hermanos Adorno, entre otros, podrán descargar estas imágenes, ponerlas en la mesita de luz y con una vela, disfrutar de su obra. Estos niños no son responsables de nada y ustedes les están haciendo pagar quién sabe qué.

El odio los cegó, les apagó el alma. Y serán tan pero tan pobres que solo tendrán dinero. Ahora brinden, aplaudan y palméense. La maldad ya está hecha y solo Dios sabe hasta donde van a llegar.

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