
Diego Ramírez rescata la memoria del imprescindible Horacio Giberti
En una entrevista para el programa “Con Fundamento Kriollo” de Radio Lateral, el periodista y escritor Diego Ramírez presentó su libro “Horacio Giberti, Memorias de un imprescindible”, una obra que recoge la vida y el pensamiento del último secretario de Agricultura de Juan Domingo Perón. Ramírez, quien conoció a Giberti en el ejercicio de su profesión, detalló cómo surgió el proyecto: “charlando con él, él me propuso que hiciéramos juntos las memorias de él. Así que ese libro se publicó en el 2011, lo terminé en el 2010, eh, y en el 2009 falleció, así que él no lo pudo leer. Escuchó un capítulo nada más que yo leí, eh, pero no el libro completo”.
Horacio Giberti, un ingeniero agrónomo de vasta trayectoria, vivió 91 años y fue testigo y actor de la compleja historia política y agropecuaria argentina del siglo XX. Ramírez relató que Giberti, inicialmente antiperonista, presenció el 17 de octubre de 1945 en la Plaza de Mayo y, si bien “seguía siendo antiperonista”, comenzó a observar de otra manera el fenómeno político. Su perspectiva cambió radicalmente tras enterarse de los fusilamientos de 1956, un hecho del cual “se enteró a través de Gelbard”. Su carrera pública incluyó ser “el primer presidente democrático del INTA” durante el gobierno de Frondizi, donde “logró un desarrollo muy importante”.
Una faceta menos conocida de Giberti fue su paso por la Sociedad Rural Argentina, a pesar de su “mirada dura de izquierda”. Ramírez explicó que “él acataba lo que le decían ahí. Solamente que cuando podía hacer alguna modificación de algo que él veía posible de las propuestas que le hacían, trataba de hacer algo”. Fruto de esa experiencia, escribió “Historia económica de la ganadería argentina”, un libro que se convirtió en una obra de referencia para ingenieros agrónomos, veterinarios y economistas.
Durante el tercer gobierno de Perón, Giberti aceptó el cargo de secretario de Agricultura, trabajando codo a codo con el ministro José Ber Gelbard. Desde allí, impulsó iniciativas clave como “la renta normal potencial de la tierra”, que, según Ramírez, “era para que no hubiera campos eh ociosos”. Esta ley se aprobó “pero nunca se reglamentó”. Un proyecto más ambicioso fue la “ley agraria”, que “promovía la expropiación, ¿no?, de todo el campo, de algunos lugares específicos eh de del país donde se podrían hacer cooperativas”. Esta iniciativa encontró una férrea oposición y “finalmente no se aprobó”.
Sobre el posicionamiento político de Giberti, Ramírez aclaró que no era “comunista ni nada por el estilo, pero bastante defensor de lo progresista”. Aunque inicialmente votó a Balbín en 1973, en las elecciones que llevaron a Perón a la presidencia, “lo votó a Perón”. Ramírez destacó que Giberti “comprendió que el peronismo era algo enorme y viviente y que para hacer las llevar a cabo el intento de transformación que él consideraba correctos junto con Gelbard y toda su gente, el peronismo no podía quedar afuera”.
El proceso de escritura del libro fue profundamente emotivo. Ramírez se reunía semanalmente con Giberti, ya ciego por un glaucoma, para grabar sus conversaciones. Al leerle el primer capítulo terminado, el propio Giberti tuvo una reacción conmovedora: “en un momento se puso a llorar porque lo conmovía”. Ramírez valoró ese momento como “un pago extra, digamos, porque ver que él se conmovía con lo que él mismo me había contado”. Lamentablemente, Giberti falleció en 2009, sin poder ver publicado el libro que hoy perdura como testimonio de su “mirada muy muy rica sobre los sucesos la historia del siglo XX”.



