
En vilo por el supuesto salvataje
El mercado desconfía de las movidas de Milei
El plan económico se cae a pedazos y el Gobierno solo espera que Trump ponga plata para las elecciones de medio término.
Por Federico Kucher
El gobierno sigue sin encontrar el rumbo y la volatilidad en el mercado financiero se mantiene a flor de piel. La semana pasada terminó con un viaje de urgencia del equipo económico a Estados Unidos para empezar a coordinar el plan de rescate del Tesoro norteamericano. Sin embargo, los inversores empiezan a estar cada vez más descreídos sobre la predisposición real de Trump para girar plata a la Argentina y quieren ver las cartas sobre la mesa.
Uno de los últimos informes de la consultora 1816 puso estas dudas en palabras contundentes. “El mercado entusiasmado por la señal de apoyo a Milei respondió de entrada con un rally histórico de bonos y acciones de argentina. Pero ahora los inversores, acaso albergando inquietudes respecto a cuándo y cómo se materializará el apoyo financiero, demandan un ‘show me the money‘ (primero mostrame que llegará el dinero)”.
En el documento de la consultora consideraron que el gobierno se encuentra atrapado en el problema de siempre: no consigue recuperar la confianza en que podrá acceder a los mercados de deuda internacional. Se trata de un círculo totalmente vicioso porque potencia la suba del riesgo país, las expectativas de devaluación y el desplome de los activos financieros.
“Las únicas maneras posibles de que Argentina pueda volver a acceder al mercado parecen ser una elección de medio término que cambie drásticamente el sentimiento de los inversores o que Estados Unidos salga a comprar masivamente bonos soberanos en moneda extranjera en el mercado secundario (o se comprometa a comprarlos en determinado nivel de tasa)”, aseguró 1816.
Las dos opciones tienen una baja probabilidad de ocurrir. La primera porque sigue el desplome de la economía real y la sociedad alcanzó el umbral de hartazgo a las políticas de ajuste. La inflación dejó de bajar, el poder de compra real de los sectores con ingresos fijos se encuentra por el piso y existe un fuerte desgaste en la credibilidad del gobierno.
La segunda porque el secretario del Tesoro norteamericano dijo la semana pasada que la estrategia con la Argentina no es darle dólares directos sino un swap de monedas (y no está claro qué condiciones tendrá para usarse). El punto es que todos los días aparecen ideas nuevas de cómo Estados Unidos apoyaría al país pero ninguna termina de materializarse.
Una de las propuestas que circuló fue la de un desembolso multimillonario para asegurar una dolarización. “No parece el escenario más probable pero siendo una de las banderas de campaña es difícil descartarla. Se requerirían al menos 40 o 50 mil millones de dólares de Estados Unidos”, indicaron en la consultora. La cifra parece impracticable.
Otro trascendido ocurrió al cierre de la semana pasada, cuando el mercado prestó atención a las declaraciones de la titular del Fondo Monetario Internacional. “Excelente conversación con Scott Bessent sobre la coordinación del apoyo a las reformas integrales de Argentina. Conversamos sobre los amplios planes de asistencia, incluyendo el uso de las tenencias estadounidenses de DEG”, dijo.
Los inversores pueden interpretar estas declaraciones de muchas formas, pero la más lineal es que hay mucho ruido y pocas nueces. En la práctica nadie quiere poner dinero para sostener un programa económico, un esquema monetario y una política cambiaria que se desmorona. El gobierno insiste en llegar a las elecciones de octubre con el dólar debajo de 1500 pesos y sigue interviniendo en el tipo de cambio. Sólo el viernes pasado se rifaron casi 230 millones de dólares y quedó claro que las bandas cambiarias tienen el boleto picado.
Fuente: Página 12



