Los sueldos perdieron en promedio 13,1% real de poder adquisitivo
Los datos son entre noviembre 2023 y mayo 2024
Pese a dos meses de aparente recuperación, los salarios aún no logran revertir la caída acumulada durante el gobierno de Javier Milei, agravando la desigualdad y la precarización laboral. Los últimos informes del INDEC muestran un leve repunte en los salarios, que subieron un 8,3% en mayo, superando la inflación del 4,2%. Sin embargo, desde el inicio de la gestión de Javier Milei, los salarios reales han caído un 13,1%, revelando una preocupante tendencia de empobrecimiento y precarización laboral.
A pesar de las cifras que muestran una recuperación temporal, los trabajadores no registrados son los más afectados, con una pérdida de poder adquisitivo del 32,3%. La realidad salarial en Argentina sigue siendo sombría, y el discurso oficial no logra ocultar el deterioro económico que enfrentan miles de trabajadores.
El gobierno de Javier Milei enfrenta un momento crítico en términos de política económica y social. A pesar de que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) muestran un incremento salarial del 8,3% en mayo, superando la inflación del 4,2%, la realidad es mucho más compleja y preocupante. Desde el inicio de su mandato, los salarios han perdido un 13,1% de su poder adquisitivo, lo que refleja una crisis que va más allá de los números macroeconómicos.
El discurso oficial, promovido desde el Palacio de Hacienda y repetido en medios afines, intenta suavizar el impacto de esta pérdida señalando un supuesto “repunte” en los últimos meses. Sin embargo, esta narrativa oculta que, en términos reales, los salarios siguen lejos de recuperar el terreno perdido. Los datos muestran que, aunque los sueldos del sector privado registrado aumentaron un 7,7% en mayo y los públicos un 8,3%, estas cifras no compensan la caída acumulada desde noviembre de 2023.
Particularmente alarmante es la situación de los trabajadores no registrados, quienes enfrentan una pérdida de poder adquisitivo del 32,3%. Este sector, que ya estaba marginado antes de la crisis, ha visto deteriorarse aún más su situación, reflejando la falta de una política de protección laboral efectiva por parte del gobierno. Esta precarización laboral, lejos de ser una cuestión aislada, es sintomática de una política económica que prioriza la flexibilización laboral y la reducción de costos sobre los derechos de los trabajadores.
La realidad de los trabajadores en Argentina es que, a pesar de dos meses consecutivos de aumento salarial por encima de la inflación, la situación está lejos de ser positiva. La inflación, aunque desacelerada en mayo al 4,2%, sigue siendo un factor devastador para los ingresos de los hogares, especialmente para aquellos en el sector no registrado, quienes además enfrentan condiciones laborales precarias y falta de acceso a derechos básicos como la seguridad social.
El economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, Eugenio Marí, ha señalado que el gobierno de Milei ha implementado medidas que, lejos de beneficiar a los trabajadores, han contribuido a la pérdida de poder adquisitivo. Entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, el salario mínimo vital y móvil (SMVM) registró una caída del 30%, una cifra alarmante que ilustra la distancia entre las necesidades de los trabajadores y las políticas implementadas.
A pesar de los intentos del ministro de Economía, Luis Caputo, de destacar en redes sociales un supuesto crecimiento del 4% en términos reales del “nivel general de salarios”, los datos más profundos revelan una realidad diferente. El propio Caputo ha sido criticado por economistas como Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma, quien ha advertido que cualquier recuperación salarial en un contexto de alta inflación es frágil y difícil de sostener a mediano plazo.
La situación de los salarios en Argentina, bajo la gestión de Javier Milei, es un reflejo de una política económica que parece más interesada en ajustar y recortar que en proteger el poder adquisitivo de los trabajadores. La retórica del gobierno, que celebra modestos incrementos salariales como grandes victorias, no puede ocultar la profunda crisis que afecta a millones de argentinos.
Los sindicatos y organizaciones de trabajadores han señalado consistentemente la necesidad de políticas que realmente protejan y mejoren las condiciones laborales. Sin embargo, el gobierno de Milei ha preferido alinear sus políticas con los intereses de ciertos sectores empresariales, lo que ha llevado a una erosión del salario real y a un aumento de la desigualdad.
En resumen, los datos muestran una realidad dura y desafiante para los trabajadores argentinos. A pesar de los incrementos salariales reportados en los últimos meses, la pérdida de poder adquisitivo desde el inicio del gobierno de Javier Milei es un hecho irrefutable. La narrativa oficial, que intenta pintar un panorama positivo, contrasta con la realidad de millones de personas que luchan por llegar a fin de mes en un contexto de alta inflación y precariedad laboral. La pregunta que queda es si el gobierno está dispuesto a cambiar de rumbo y priorizar verdaderamente el bienestar de sus ciudadanos o si continuará con políticas que profundizan la desigualdad y la crisis económica.
Fuente: En Orsai